"El viaje a ninguna parte"




"El viaje a ninguna parte" (Capitol, 2004)


Disco 1


Que tengas suertecita


Que tengas suertecita,
que te conceda la vida,
cada día, lo que mereces.

Que no te falte de nada,
que no te de la espalda, la esperanza.
Que encuentres el buen camino,
que sea el tuyo y no el mío
y si es el mismo, enséñamelo.

Que no hagas caso de aduladores,
que no te fíes de los vencedores,
ganando competiciones, elecciones y popularidad.

Que tengas suertecita., Que tengas suertecita.

Que no te falte capacidad,
para discernir el más acá
del confuso más allá,
que es realidad aparte.

Que no pierdas más el tiempo,
que ser el rico del cementerio,
no es buen invento y es peor epitafio.
Que No hagas demasiado caso,
la verdad es un bien escaso,
y la mentira una bonita creación.

Que no te falte esa canción,
que repare tu corazón,
en el momento peor,
que hayas conocido.

Que tengas suertecita, Que tengas suertecita,
Que tengas suertecita, Que tengas suertecita.
Que tengas suertecita, Que tengas suertecita,
Que tengas suertecita, Que tengas suertecita.

Los restos del naufragio


Los restos del naufragio quedaron esparcidos,
o desaparecidos, o rotos.

Nos queda el presente
que ya es suficiente,
y no nos debe faltar.
Nos queda la suerte,
que si se balancea un poco,
nos puede tocar.

Nos queda Oaxaca,
peyote, san pedro y amigos,
que no nos quieren cambiar.
Nos quedan canciones
que llenen los corazones,
sobre todo las de los demás.

Nos queda el mar y un buen pescado,
que comer a tu lado,
y eso sólo será si vuelves, claro.
Los restos del naufragio quedaron esparcidos,
o desaparecidos, o rotos.

Nos queda Leonard Cohen, Tom Waits y Nick Cave.
Jaime, Santiago, el Loco y Andrés.
Charly, Fito, Spinetta, Érica, Andrea y, cómo no, esa mi Julieta.

Nos queda Benarés, Marrakech, Cádiz, Buenos Aires,
y Santo Domingo, si nos dejan volver.
Las señoritas que aún no conocemos.
Nos queda la plaza cuando la gente se vaya.

Nos queda el mar y un buen pescado,
que comer a tu lado,
y eso sólo será si vuelves, claro.
Los restos del naufragio quedaron esparcidos,
o desaparecidos, o rotos.

El rescate


Desde la plaza de armas de un lugar cualquiera,
te escribo una carta para que tú sepas
lo que ya sabías, aunque no lo dijeras.
Espero que llegue a tus manos y,
que no la devuelvas.

Que pagues el rescate que abajo te indico.
Yo tampoco me explico, por qué no acudí antes a ti.
Pero nadie puede salvarme, nadie sabe lo que sabes,
y tampoco entregarían lo que vale mi rescate.

No hay dinero, ni castillos,
ni avales, ni talonarios,
no hay en este mundo, -aunque parezca absurdo-,
ni en planetas por descubrir,
lo que aquí te pido.

Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden;
te conocen, pero no llegan a ti.
Decidí por eso mismo, un mecanismo de defensa.
Presa como está mi alma, con la calma suficiente,
ser más fuerte, y enfrentarme cuanto antes a la verdad,
sin dudar un segundo, lo asumo, sólo tú puedes pagar el rescate.

Devuélveme el amor que me arrebataste,
o entrégaselo, lo mismo me da, al abajo firmante;
pues no hay en este mundo, -aunque parezca absurdo-,
ni en planetas por descubrir, lo que aquí te pido.

Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden,
te conocen, pero no llegan a ti.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden,
te conocen, pero no llegan a ti.

Que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha


Que donde el punto de mira pones,
la bala disparas, todos lo saben.
Jugando a policías y ladrones,
ya no caben discusiones.

Que no sepa tu mano izquierda
lo que hace la derecha.

Que el uniforme te sienta mejor,
y la amenaza practicas.
Embargo, bloqueo, boicot,
para América Latina.

Que no sepa tu mano izquierda
lo que hace la derecha.

Y no hay mal, que por bien no venga,
aunque el mal siempre quede fuera,
que con cerrar luego bien la frontera,
puedes hacer lo que quieras.

Que no vale la pena discutir,
si lo podemos arreglar a tiros.
Que en esta escalera de vecinos,
el quinto patio no puede decidir.

Que no sepa tu mano izquierda
lo que hace la derecha.
Que no sepa tu mano izquierda
lo que hace la derecha.

Que los salvajes campan por la selva,
con ignorantes no se conversa,
no hicieron bien la tarea,
que la respuesta no es la correcta.

Que no sepa tu mano izquierda
lo que hace la derecha.
Que no sepa tu mano izquierda
lo que hace la derecha.

Carmen Jones


Voy a empezar por el principio, cerca del precipicio
donde siempre quise estar.
Carmen Jones en el cuarto de estar, nadie sabe andar como ella.
Quiso una estrella iluminar mi camino, cuando más ciego estuve.
Carmen Jones, no te puedo fallar, no dudes de mí jamás.
Sólo me tengo que reconciliar con los errores que volveré a cometer.
Son estos celos, del cielo hasta el suelo.

Y,quiso una estrella iluminar, mi camino cuando más ciego estuve.
Carmen Jones, no te puedo fallar, no dudes de mí jamás.
Sólo me tengo que reconciliar con los errores que volveré a cometer.
Son estos celos, del cielo hasta el suelo,
el mayor tormento que pueda imaginar.
Son estos celos del cielo hasta el suelo.

Sha-la-la-la, sha-la-lá, sha-la-la-la, sha-la-lá,
sha-la-la-la, sha-la-lá, sha-la-la, sha-la-lá.

Sólo me tengo que reconciliar con los errores que volveré a cometer.
Son estos celos, del cielo hasta el suelos.



Lo que queda por vivir

Lo que queda por vivir,
no volveré a pedir permiso,
sólo tengo un compromiso
que te aviso desde aquí.

Creíste que de esta no saldría,
que tendría que retroceder,
al fin perder mi chulería;
ese día no lo vas a ver.

No es que yo no sepa perder,
es que no sé ceder fácilmente,
lo que piense la gente,
¿para qué lo he de tener yo presente?

Lo que queda por vivir,
no volveré a pedir permiso,
sólo tengo un compromiso
que te aviso desde aquí.

Ahora mismo, lo único urgente,
es ir de frente con mi poca verdad.
Los demás tienen ya suficiente,
con su suerte, y con su libertad.

Si tuviera dos o tres más vidas,
haría lo mismo una y mil veces,
que con creces me dieron de más,
mucho más de lo que uno merece.

Lo que queda por vivir,
no volveré a pedir permiso,
sólo tengo un compromiso
que te aviso desde aquí.

Lo que queda por vivir,
no volveré a pedir permiso,
sólo tengo un compromiso
que te aviso desde aquí.

La chica triste que te hacía reír


Si no te gustara tanto meterte en líos,
si eligieras un camino asfaltado alguna vez,
conservarías el sombrero norteño,
y la chica triste que te hacia reír.

Aunque no la quisieras, ni ella a ti,
teníais sed, siempre a la vez, en los mismos lugares, en los bares;
conservarías el bolsillo repleto,
y la chica triste que te hacia reír.

Que no me lleven al hospital. No es que desconfíe,
es que no me fío de la medicina occidental.
Que no me lleven al hospital. ¡Si ya me encuentro mejor!

Cuanto más viejo, decías, mucho más libre.
Menos plata que te arrebatan, y menos peso que cargar.
Últimamente, vas muy ligero,
sin la chica triste que te hacía reír.

Siempre hay otro lugar en la frontera,
siempre la esperanza queda, y quizás pueda ser mañana,
que el amanecer te traiga de vuelta
a la chica triste que te hacia reír.

Que no me lleven al hospital. No es que desconfíe,
es que no me fío de la medicina occidental.
Que no me lleven al hospital. ¡Ya estoy mejor!.

Asegúrate de que te dejen cerca de la parada,
la que esté más cercana, y te aleje de la diana,
y no te preocupes, por no despedirte de nadie.

Anidando liendres


Comienza el espectáculo, imaginando
las partes más privadas de tu anatomía,
rogando ofertas a los dioses de rodillas.
Continúas con miradas asesinas
de felina ofendida,
encantada de conocerte,
elevando la frente.

La química en peligro
y el vestido, de pecadora profesional.
De puta o de beata,
encantadoras ambas.
Dime con quien andas,
te diré con quién acabas

Anidando liendres,
Anidando liendres.

Te entregas a los dioses.
A los hombres no los nombres.
Al menos esta noche,
perderás la intimidad.

La discreción es una gran cualidad
que escasea en estos días
de amores de revista de papel cuché.
La oferta y la demanda, es la que manda,
y tal como anda la santa madre,
más vale tarde que mañana.
Que no se te vaya la gana
ni el murmullo del ron,
que podemos hacer tanto amor estando juntos

anidando liendres, anidando liendres.

Sería absurdo, tal como está el mundo,
desperdiciarnos así,
que para la guerra tenemos a Bush.
Para la paz estamos los voluntarios,
misioneros del pubis y el brasier,
peregrinos de princesas sin castillo,
caballeros del santo grial
y de la gran cruzada,
siempre inacabada de tu causa.
No seas falsa, que no lo eres,
y entrégate a los placeres,
que no son sólo míos,

No me llames cariño


No me llames cariño, no necesito caridad.
Ya no somos unos críos, ya está todo dicho,
que cada uno siga su camino.
Cada uno en su lugar.

Cuando buscaba tu boca, el viento se llevaba mis besos,
se estrellaban contra una roca de obsidiana pura,
dejándome el alma rota, llenándome de amargura.

Cuando buscaba tus manos, quedaba solo en la pista,
me apartabas de tu lado, el baile era con otro,
como si fuera un extraño. Ahora no te conozco.

No me llames cariño, no necesito caridad.
Ya no somos unos críos, ya está todo dicho,
que cada uno siga su camino.
Cada uno en su lugar.

Cuando buscaba consuelo, tú no me escuchabas.
Nunca era el momento para mis depresiones,
demasiados lamentos, demasiadas discusiones.

No me llames cariño, no necesito caridad.
Ya no somos unos críos, ya está todo dicho,
que cada uno siga su camino.
Cada uno en su lugar. Cada uno en su lugar.
No me llames cariño. Ten caridad.

Adiós compañeros, adiós


Adiós, compañeros, adiós.
Hoy me despido de todos y brindo con un pisco-sour
por los buenos tiempos que pasamos,
por los tiempos compartidos entre vinilos y tragos.

Adiós, compañeros, adiós.
Es momento de abrazarnos. Ensalcemos la amistad:
Asturias, patria querida; Pamplona, el siete de julio;
las fiestas del Pilar; y la semana grande, que lo pasamos en grande.
Hoy, abandono el país, por una buena temporada.
Las cosas se pusieron feas. España va bien, dicen por ahí.

Adiós, compañeros, adiós.
Adiós, compañeros, adiós.

Necesito licores nuevos, conocer a mis suegros; aunque me quieran matar,
mañana me uno al carnaval en Salvador de Bahía: ¡así es la vida, la jodida!

Adiós, compañeros, adiós, y que les vaya bien bonito.
Les mandaré pronto un escrito con mi nuevo santo y seña.
Si no dan pronto conmigo, tengo celda fija en Venezuela, otra en Sin-Sin
que me recomienda mi amigo Johnny Cash, y la particular, en San Quintín.
Hoy, abandono el país, por una buena temporada.
Las cosas se pusieron feas. España va bien, dicen por ahí.

Adiós, compañeros, adiós. Adiós, compañeros, adiós.
Adiós, compañeros, adiós. Adiós, compañeros, adiós.

Disco 2


El anzuelo


Este vano correr tras lo imposible.
Este mapa de incauto navegante.
Este vivir un rato para morir más tiempo.
Para al final morder el anzuelo y caer en la trampa.

Este asalto al parnaso idealizado.
Este coma de pronóstico reservado.
Esta fellatio de amor caníbal.
Para al final morder el anzuelo y caer en la trampa.

Este infierno fatal y divertido.
Este vestido de nocturna soledad.
Este canto de sirena exclusivo.
Para al final morder el anzuelo y caer en la trampa.

Este andar de pies sin escarpines.
Esta ida y vuelta a los confines.
Este seamos siempre libres.
Para al final morder el anzuelo y caer en la trampa.

Este infierno fatal y divertido.
Este vestido de nocturna soledad.
Este canto de sirena exclusivo.
Para al final morder el anzuelo y caer en la trampa.

Este infierno fatal y divertido.
Este vestido de nocturna soledad.
Este canto de sirena exclusivo.
Para al final morder el anzuelo y caer en la trampa.

Una canción triste


Una canción triste para los momentos bajos,
para sentirte acompañado cuando te sientes vencido.
Una canción triste para cuando estás solo,
cuando no sabes el modo de salir adelante.

Has tenido el mundo a tus pies,
el aroma de la gloria es buena compañera,
pero poco duradera, lo que sube baja,
y si permanece intacta, pierdes las llaves de la mansión.
Alguien ocupó tu salón, y se acuesta con tu mujer,
lo peor es que disfruta más que en tu luna de miel,
se bañan en tu piscina, se comen tu comida,
y tiran el piano blanco por el balcón.

Una canción triste para los momentos bajos,
para sentirte acompañado cuando te sientes vencido.
Una canción triste para cuando estás solo,
cuando no sabes el modo de salir adelante.

Una canción triste para los momentos bajos,
para sentirte acompañado cuando te sientes vencido.
Una canción triste para cuando estás solo,
cuando no sabes el modo de salir adelante.

Has tenido la furia consentida, la que sin duda merecías,
los chicos se arrodillaban al verte pasar, como un profeta,
o un mesías, tú pronosticabas lo que iba a suceder.
Un fallo lo tiene cualquiera, cualquiera menos tú.
Tenías el touch, y el don especial, tocado por la mano de dios,
¿qué es lo que pasó?, ¿quién se ofendió?

Una canción triste para los momentos bajos,
para sentirte acompañado cuando te sientes vencido.
Una canción triste para cuando estás solo,
cuando no sabes el modo de salir adelante.

En la pulpería de lucita


En la pulpería de Lucita
paso las tardes enteras viendo como se pone el sol por el malecón
no hay tristeza mayor,
que verla perder la cabeza
con el gringo que se tropieza
por un cuartito de ron.

En la pulpería de Lucita,
siempre la misma mesa, me espera después de comer,
una y otra vez, y siempre quiere saber,qué escribo en esa libreta,
qué pequeña que tengo la letra, y porqué no la dejo ver.

Si es una canción para Lucita.
Espérame en la playa en San Juan del Sur.
Es una canción para Lucita,
para recordar aquellas veladas echando a patadas
a los que no sabían beber.

En la pulpería de Lucita,
frente a la laguna de Masaya, tengo una taza de café con mi nombre al revés,
y si mira a través del espejo en la barra, el reflejo le manda, en mensaje cifrado,
el beso que demanda y que nunca me va a devolver.

Es una canción para Lucita. Espérame en la playa en San Juan del Sur.
Es una canción para Lucita, para recordar aquellas veladas
echando a patadas a los que no sabían beber.

Es una canción para Lucita.
Espérame en la playa en San Juan del Sur.
Es una canción para Lucita,
para recordar aquellas veladas echando a patadas
a los que no sabían beber.

Por un malnacido

Me dejaste por un malnacido, no debí consentirlo jamás,
si le hubiera matado allí mismo, odiarías haberme conocido,
no me podrías perdonar.

Sé que no supe hacerte feliz, y aunque hubieran pasado mil años,
las palabras que te quiero decir, lo que siempre me hiciste sentir,
no habría salido de mis labios.

No sé porqué todo me lo callo, porqué llevo tan dentro lo que pienso.
No soy ningún demonio ni un santo,
pero puedo decirlo muy alto: fuiste todo mi alimento.

Me dejaste por un malnacido, no debí consentirlo jamás,
si le hubiera matado allí mismo, odiarías haberme conocido,
no me podrías perdonar.

Ahora que ha pasado tanto tiempo, ya no tengo ni miedo ni vergüenza,
ojalá que volvamos a vernos, ojalá que puedas comprenderlo,
y habrá valido la espera.

Si no es todavía el momento, sé que un día sabrás entenderlo,
lo que tengas que hacer, yo te espero, que mi amor hacía ti sigue entero,
y cuando quieras, aquí seguiré.

Me dejaste por un malnacido, no debí consentirlo jamás,
si le hubiera matado allí mismo, odiarías haberme conocido,
no me podrías perdonar.

Me dejaste por un malnacido, no debí consentirlo jamás,
si le hubiera matado allí mismo, odiarías haberme conocido,
no me podrías perdonar.


Voces de tango

Temo que al oscurecer vuelva a recordar,que sin ti
esperar es matar el fuego, que por ti tengo en mi pecho,
y en mi esta la risa falsa, en vez de empezar a llorar,
y volver a llorar, todo otra vez por ti.

Temo que al amanecer vuelva a encontrar, sin ti
la casita está loca de atar, nada puedo escuchar,
no me traiga a la memoria que fui,
y añoro los años en los que debí volver al hogar,
y volver a rodar, harto de rogar por ti.

Escucho las voces de tango,
al ver todas las bazas que he perdido al seguir
en la timba de amar, en la puerta de un bar,
atado a un querer, por ti,por ti.


Palo de mayo

Mañana parto de nuevo a Managua,
tengo cita en la librería Parnaso.
Quedé con unas cuantas muchachas
que trabajan en un night club.
Quieren llevarme al barrio a bailar,
me van a enseñar palo de mayo.
Soy buen bailarín con unos tragos,
demasiado torpe si me paso.

Su belleza les permite ser castigadoras:
yo no me pienso negar.
Ellas serán las que dispongan,
y yo, no me pienso negar.

Si escucharan más, no serían ellas,
igual que sin dolor, ya no hay blues.
No sé si hay alguien dentro de su azotea,
o como la marea, vienen y van.
Propongan lo que propongan,
no me pienso negar.
Yo tomaré, ellas traerán la mota,
y yo, no me pienso negar.

Su belleza les permite ser castigadoras:
yo no me pienso negar.
Ellas serán las que dispongan,
y yo, no me pienso negar.

Propongan lo que propongan,
no me pienso negar.
Yo fumaré, ellas traerán la mota,
y yo, no me pienso negar.
Al palo de mayo, palo de mayo.
Al palo de mayo.


Trinidad

Trinidad tiene triple personalidad y ninguna de ellas la entiendo.
¡Cómo iba a ser yo capaz! No sé comprender a una sola mujer.

Cuando se hace la linda es mi preferida.
No la podría dejar de escuchar, con ese acento de rosarina
y ese movimiento de femme fatale.
Por la mañana es la perfecta ama de casa,
siempre recogiendo lo que dejo por ahí.
¿Para qué me esfuerzo en ser desordenado,
si no me deja la muy pelleja?

Trinidad tiene triple personalidad y ninguna de ellas la entiendo.
¡Cómo iba a ser yo capaz! No sé comprender a una sola mujer.

Cuando invita a sus amigas a cenar es el día de la huída a Macombo.
Las muy arpías me podrían devorar y no hay viagra en la farmacia para todas.

Trinidad tiene triple personalidad y ninguna de ellas la entiendo.
¡Cómo iba a ser yo capaz, si no sé comprender a una sola mujer!

Trinidad tiene triple personalidad. Trinidad sí!
Trinidad tiene triple personalidad. Trinidad sí!


La señorita hermafrodita

La señorita hermafrodita no se pinta lo suficiente.
No se quita lo suficiente. No me excita lo que debiera.

Un respeto, por favor, para la simetría, para la aritmética y la geografía.
Los números pares y los plurales, no son populares en tu topografía.

Esos tacones del desprecio,
caminando como si detuvieran
el mundo sobre el trapecio:
de un lado el infierno, del otro el cielo.

Por la serranía redonda de ronda, he visto tu sombra acercarse.
He pedido otra ronda de sake,
me has llamado cobarde
por no estamparte un beso en la boca.

Pensamiento patético y poético, a estas alturas de noche es normal,
en un animal cuadrúpedo y palmípedo,
con instinto mamífero vocacional.

Esos tacones del desprecio, caminando como si detuvieran
el mundo sobre el trapecio: de un lado el infierno, del otro el cielo.

La señorita hermafrodita no se pinta lo suficiente.
No se quita lo suficiente. No me excita lo que debiera.

Esos tacones del desprecio,
caminando como si detuvieran
el mundo sobre el trapecio:
de un lado el infierno, del otro el cielo.

Ya sé que piensas que no hay excusa que valga,
espera que se me ocurra algo.
Ahora que salgo, dejaré una puerta abierta.




El aragonés errante

Un terremoto emocional
endemoniado, un jaguar que les observa
desde la espesura de la selva.
Una cinta de seda alrededor
de una bomba de relojería a punto de estallar.

Una maniobra de nunca atracar,
un perfume de aromas orientales,
un desayuno con tamales,
un accidente previsto en los planes,
del artista equilibrista, del aragonés errante,
a punto de traspiés.

Una lágrima como una perla,
que vuelve al mar, sea como sea.
Suplicando por algún tipo de relación digna de llamarse humana,
que lleve la pena y la quebrada en el bolsillo del corazón.

Una de esas malas compañías, factoría de melancolía,
que no vienen a ver si pueden, sino porque pueden vienen,
un indígena alienígena, que solamente bebe justicia poética.

Una contienda contenida y loca,
un beso en la boca de la botella de Flor de Caña -Gran Reserva-,
sobre una mesa repleta de vasos vacíos y limones exprimidos.

Una sed de ilusiones infinita,
donde nacen y mueren las acciones que brillan,
en el tiempo que contempla un mundo hecho a medida,
no sólo del que siembra, sino del que es semilla.


Canto (el mismo dolor)

Canto porque me levanto siempre con las mismas penas,
con las heridas abiertas que siguen sin cicatrizar.
Vago por las veredas, por desiertos, por la selva,
surcando los anchos mares, hacia ningún lugar.

Canto porque me canso de dar explicaciones,
no tengo soluciones, ¿para qué tanto preguntar?
Salto de cama en cama, de boca a boca, de falda en falda.
No vuelvo por donde vine, nunca miro hacia atrás.

Y no hay mejor ni peor, pues con la gente que tropiezo,
sufren del mismo dolor, están igual, el mismo dolor.
No hay mejor ni peor, si estás quieto o en movimiento,
sufres el mismo dolor, estás igual, el mismo dolor.

Canto porque me harto de lugares concurridos,
de esquemas aburridos para conseguir seguridad.
Parto de aquí a otro lado, crías cuervos, y te comen los ojos luego.
Canto porque me levanto, siempre con las mismas penas.

Y no hay mejor ni peor, pues con la gente que tropiezo,
sufren del mismo dolor, están igual, el mismo dolor.
No hay mejor ni peor, si estás quieto o en movimiento,
sufres el mismo dolor, estás igual, el mismo dolor.

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